Autismo: Intervención temprana acelera el desarrollo infantil




Las intervenciones tempranas pueden ser eficaces en el tratamiento de los síntomas de autismo en niños muy pequeños, de acuerdo con un estudio piloto en niños menores de 18 meses publicado en Journal of Autism and Developmental Disorders.
Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) normalmente comienzan a recibir tratamiento en alrededor de 2 años de edad o mayores. Esta es una mejora respecto a hace 10 años, cuando los niños con autismo no recibían tratamiento hasta los 4 años de edad o más.
Sally Rogers y Sally Ozonoff de la Universidad de California, Davis, han tratado de intervenir incluso antes, en los bebés de tan sólo 6 meses de edad.

En un estudio piloto, Rogers y Ozonoff enseñaron a los padres de los siete bebés con síntomas de Autismo, con edades comprendidas entre los 6 y 15 meses de edad, la forma de superar retrasos en el desarrollo a través de las interacciones durante el juego, el baño y el cambio de pañales.


Dos investigadores utilizaron independientemente varias pruebas y evaluaciones para distinguir entre los bebés con síntomas de Autismo y los que tenían solo un desarrollo lento comparado al promedio. "Estos eran bebés muy sintomáticos", dice Rogers. "En general, estos bebés no usaron sus cuerpos, rostros o voces para enviar y recibir mensajes de sus cuidadores sobre lo que les gustaba o no les gustaba”.
El programa adopta las estrategias de refuerzo positivo conocidas para reducir los síntomas en los niños mayores.



                                                            Foto: Specialpost


Cerebros de plástico

Seis de los bebés comenzaron a mostrar el desarrollo acelerado a los 18 meses de edad, y cuando tenían 3 años de edad, su desarrollo estaba en el rango normal, dice Rogers. En contraste, cuatro infantes que calificaron para el estudio, pero cuyos padres eligieron no participar siguieron  mostrando un empeoramiento de los síntomas del Autismo.
Rogers especula que la razón de un cambio tan dramático es que el programa interviene cuando los cerebros de los bebés son más plásticos, y cuando los bebés están estableciendo las habilidades sociales.
Los padres pasan mucho más tiempo con su bebé de lo que un terapeuta profesional puede, y por lo tanto es probable que tengan un mayor impacto en su desarrollo, dice Paul Wang, jefe de la investigación médica en el grupo de defensa de Autism Speaks, que también apoyó el estudio. Debido a que los padres pueden ser entrenados para ofrecer estas intervenciones, el tratamiento puede ser más barato y más accesible.

FUENTE: New Scientist
11 de septiembre 2014
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